viernes, 25 de diciembre de 2009

OPARS

La palabra opar viene de las siglas en inglés de objetos fuera de su tiempo o que no deberían estar ahí. Todos hemos oído hablar de algunos de ellos como la famosa "pila de Bagdag", la "máquina de Antiquitera" o las "calaveras de cristal" de sudamérica. Por la red hay mucha información si pica la curiosidad.




Pero hay uno en especial que me come la moral aunque no es el más conocido. Para mí es el más espectacular, un objeto cuya sóla existencia es imposible y cualquier explicación que se dé es una barbaridad. Me refiero al "martillo de Texas"



El martillo de Texas, fue descubierto fosilizado en 1934, cerca de la localidad tejana de London. Estaba incrustado en la roca. La madera del mango fosilizada y la cabeza de hierro fundida con la roca. Esto significaba que el martillo era ¡anterior a la roca!
Durante mucho tiempo el martillo crió polvo en un pequeño museo local, hasta que por fin a alguien se le ocurrió investigarlo y hacer un análisis detallado. El mango de madera petrificada significa que han tenido que pasar al menos 140 millones de años para ese proceso. Cuando los primeros homínidos no surgieron hasta hace 7 millones de años y hacer herramientas fue sólo hace dos millones. En cuanto a la cabeza de hierro es de una pureza casi total, algo que sólo puede lograrse con avanzadas técnicas metalúrgicas. Igual que el hecho, descubierto gracias a rayos x, de que durante su fabricación se había purificado y endurecido. Pero la roca en la que estaba fundida seguía teniendo ¡140 millones de años!. Y este último dato implica, además, que el objeto en cuestión estuvo sometido a una presión atmosférica distinta de la actual. Otra cosa que remite a épocas remotísimas.


Para otros opars, su explicación se sale de lo oficialmente establecido, pero sólo implican que alguién se adelantó a su tiempo fabricando por ejemplo la máquina de Antiquitera, o la pila de Bagdag. Pero éste se sale de madre remontándose a "140 millones de años", y con los datos que tenemos, sólo se me ocurre que alguien del futuro viajara al pasado y se dejara un martillo. Ya os dije que era una barbaridad, pero su sóla existencia es un insulto al saber humano, a todos nuestros siglos de estudio y empleo de la lógica. No puede ser y como diría el torero, además es imposible.

Pero esta aberración sigue expuesta en un museo retando a la ciencia a dar una explicación mínimamente coherente. Ni siquiera sirve la explicación de que sea una increíble casualidad y la geología de forma natural fabricara un martillo, dadas las avanzadas técnicas metalúrgicas de la cabeza de hierro.

Soy excéptico con otros opars como las huellas humanas de la época de los dinosaurios, que perféctamente podrían pertenecer a un animal del que no se han descubierto fósiles, o los inventos adelantados a su tiempo, ya que nuestros antepasados no tenían un pelo de tontos.

Pero con esto... no puedo.

1 comentario:

  1. Felicidades por tu blog, t ha quedado muy molon Hay muxo por ahí de los opars no tenia ni idea pero es verdad que los antiguos no eran tontos. Lo del martillo sencillamente no puede ser

    ResponderEliminar