viernes, 20 de mayo de 2011
miércoles, 18 de mayo de 2011
Una historia asombrosa.
Si algo nos enseña la historia es que está llena de mentiras y manipulaciones interesadas, pero pocas veces de forma tan injusta como en el caso de Blas de Lezo.
La humillación sufrida por los ingleses en siglo XVIII en Cartagena de indias es un hecho silenciado por la historia inglesa y desconocido para muchos.
Todo empezó con un incidente cerca de las costas de Florida cuando un guardacostas español de nombre Juan León Fandiño, interceptó el Rebbeca al mando de Robert Jenkins y le hizo cortar una oreja dándole un mensaje: "Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve".
Jenkins, con la oreja en la mano, se lo contó desconsolado a su rey que montó en cólera y acabó declarando la guerra a España, algo ya deseado por los comerciantes ingleses para conquitar nuevos mercados. Fue llamada "La guerra de la oreja de Jenkins".
El 13 de Marzo de 1741 apareció frente a las costas de Cartagena de Indias, la mayor flota de guerra de la historia, sólo superada mucho después por el desembarco de Normandía. Una flota muy superior a la llamada "invencible" de Felipe II (126 barcos), que contaba con 2000 cañones dispuestos en 186 barcos, y un ejército de 27600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica. A la cabeza de la expedición se encontraba el típico inglés cursi y estirado, Edward Vernon, bien conocido por don Blas de Lezo ya que justo un año antes ya se había presentado en la ciudad con ocho navíos y había empezado a bombardearla, pero Lezo había desmontado varios cañones de 18 libras de más alcance que los de los fuertes, que sorprendieron a Vernon desde la selva, que al verse entre fuego cruzado s vió obligado a huir a Jamaica. Vernon describía a Lezo "como adversario epónimo porque era un símbolo de la resistencia hispana a la ambición inglesa". En las cartas que intercambiaron los dos marinos tras la rendición sin lucha de Portobelo a los ingleses Lezo decía: "Hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera Usted insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía".
En Cartagena se encontraba al mando de Blas de Lezo que contaba con menos de 3000 hombres, 600 indios flecheros y 6 buques. Por entonces don Blas ya era temido y respetado en los mares del sur, pero la derrota española parecía tan clara que, antes de la batalla se acuñaron, en Inglaterra, monedas conmemorativas de la victoria inglesa. En ellas se veía a D. Blas arrodillado ante Vernon y se podía leer:
«La arrogancia española, humillada por el almirante Vernon».
Hay que aclarar que don Blas era llamado entre sus hombres capitán Patapalo o mediohombre ya que en distintos combates había perdido una pierna (amputada sin anestesia a los 15 años tras una batalla frente a Vélez-Málaga), el ojo izquierdo y un brazo, pero en las representaciones inglesas aparecía con todos sus miembros para no dar la impresión de que Vernon había vencido frente a un lisiado.
Los barcos ingleses bombardearon la ciudad durante días a un ritmo de 62 disparos por hora de media.
Lezo ordenó la fabricación de balas encadenadas que destrozaban todo el aparejo de los barcos ingleses y fortificó las murallas con sacos de arena, de esta forma los impactos de los cañonazos eran absorbidos por la arena y las esquirlas de piedra no dañaban a sus hombres. A pesar de todo y debido a la superioridad numérica inglesa, las primeras líneas de defensa españolas fueron cayendo, no sin antes ocasionar multitud de bajas, hasta llegar al último reducto, el castillo de San Felipe de Baraja.
Lezo envió a dos supuestos desertores para que informasen a los ingleses que la parte más débil del castillo era la zona este... y la más empinada. Las tropas atacantes llegan a colocan las innumerables escalas para saltar la muralla pero, incomprensiblemente, se quedan cortas dos metros. ¿Por qué? Blas de Lezo había mandado previamente hacer un foso alrededor del castillo de dos metros de profundidad ocasionando un error en la medición de los ingleses. Como consecuencia se produce una auténtica carnicería en las filas atacantes. A pesar de ello los envites ingleses no cesan en sus ataques aunque cada vez más cansados bajo el fuego español y la empinada orografía del terreno.
En los momentos en los que su debilidad era patente el Comandante Lezo envía a 300 marinos frescos a la carga contra los ingleses que se ven desbordados ante el empuje de aquellos hombres llegando incluso a ser perseguidos por la tropa española. El miedo se dibujo en los ojos de Vernon y sus hombres.
Blas de Lezo pretendía ganar tiempo... sabía que si conseguía proteger la ciudad durante 6 o 8 semanas el calor, la humedad, el paludismo y la fiebre amarilla acabarían con las "tropas noreuropeas, poco acostumbradas a los climas tropicales y deficientemente inmunizadas contra las enfermedades de estas latitudes"
No hizo falta tanto tiempo, el proceso se vió acelerado porque Vernon no enterró a los cadáveres en su ímpetu por atacar cuanto antes el castillo. Las enfermedades empezaron a cobrarse las primeras víctimas y la moral de las tropas inglesas se derrumbaba paulatinamente. La derrota de Vernon era inminente. El 20 de Mayo de 1741, poco más de dos meses después de su llegada, los barcos ingleses se retiran cargados de hombres moribundos.
Existen informaciones más dramáticas de los propios combatientes ingleses que hablan por si solas de la debacle y la tragedia que se cernió sobre ellos: "Por la cuenta honesta tuvimos 18000 hombres muertos, y según un soldado español que capturamos, ellos perdieron a lo sumo 200. El Almirante Una Pierna (Lezo) con su excelente mando y fuego mató a 9,000 de nuestros hombres, la fiebre general mató un número parecido. Cuando eché la última mirada al puerto de Cartagena, su superficie era gris con los cuerpos putrefactos de nuestros hombres, que murieron tan rápidamente que nosotros no podíamos enterrarlos. De los agricultores pobres y débiles de nuestras colonias norteamericanas murieron cuatro hombres de cada cinco"
"Cada barco y soldado español hizo frente y derrotó a 10 ingleses".
La humillante derrota fue acogida en Inglaterra con vergüenza y resignación hasta el punto que el rey inglés Jorge II prohibió a los historiadores hablar sobre esta batalla bajo pena de horca.
Los historiadores ingleses ocultaron vergonzosamente lo ocurrido, algo que pagó Nelson en Tenerife, poco después de afirmar que los ingleses sabían construir barcos pero no pelear, retirándose humillado y sin su brazo derecho. Sin embargo Nelson fue encumbrado quizás para tapar lo ocurrido en 1741 y los años posteriores. En ese supuesto "pudiésemos haber sido víctimas de una gigantesca campaña de publicidad pro-Nelson mantenida hasta nuestros días".
Inglaterra no volvió a amenazar seriamente al Imperio español que subsistió un siglo más. España, en cambio, contribuyó años más tarde al desmoronamiento de las colonias inglesas en América, hecho que también ha tratado de silenciarse.
Blas de Lezo muere en Cartagena de Indias unos meses después sin los honores que merecía debido a los enfrentamientos que tuvo durante la batalla con el virrey de Cartagena de Indias, Sebastián de Eslava. ¡Vergonzoso!
A este hombre debemos que 350 millones de americanos hablen español y no inglés, pero a pesar de todo no es nada conocido en nuestro país, no se estudia en el colegio, no hay películas ni documentales. Como ejemplo, hasta abril del 2010 no hubo en Madrid ninguna calle con su nombre.
http://es.wikipedia.org/wiki/Blas_de_Lezo
http://www.youtube.com/watch?v=Bkd93hyth5I&feature=player_embedded#at=85
La humillación sufrida por los ingleses en siglo XVIII en Cartagena de indias es un hecho silenciado por la historia inglesa y desconocido para muchos.
Todo empezó con un incidente cerca de las costas de Florida cuando un guardacostas español de nombre Juan León Fandiño, interceptó el Rebbeca al mando de Robert Jenkins y le hizo cortar una oreja dándole un mensaje: "Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve".
Jenkins, con la oreja en la mano, se lo contó desconsolado a su rey que montó en cólera y acabó declarando la guerra a España, algo ya deseado por los comerciantes ingleses para conquitar nuevos mercados. Fue llamada "La guerra de la oreja de Jenkins".
El 13 de Marzo de 1741 apareció frente a las costas de Cartagena de Indias, la mayor flota de guerra de la historia, sólo superada mucho después por el desembarco de Normandía. Una flota muy superior a la llamada "invencible" de Felipe II (126 barcos), que contaba con 2000 cañones dispuestos en 186 barcos, y un ejército de 27600 combatientes entre marinos, soldados y esclavos negros macheteros de Jamaica. A la cabeza de la expedición se encontraba el típico inglés cursi y estirado, Edward Vernon, bien conocido por don Blas de Lezo ya que justo un año antes ya se había presentado en la ciudad con ocho navíos y había empezado a bombardearla, pero Lezo había desmontado varios cañones de 18 libras de más alcance que los de los fuertes, que sorprendieron a Vernon desde la selva, que al verse entre fuego cruzado s vió obligado a huir a Jamaica. Vernon describía a Lezo "como adversario epónimo porque era un símbolo de la resistencia hispana a la ambición inglesa". En las cartas que intercambiaron los dos marinos tras la rendición sin lucha de Portobelo a los ingleses Lezo decía: "Hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera Usted insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía".
En Cartagena se encontraba al mando de Blas de Lezo que contaba con menos de 3000 hombres, 600 indios flecheros y 6 buques. Por entonces don Blas ya era temido y respetado en los mares del sur, pero la derrota española parecía tan clara que, antes de la batalla se acuñaron, en Inglaterra, monedas conmemorativas de la victoria inglesa. En ellas se veía a D. Blas arrodillado ante Vernon y se podía leer:
«La arrogancia española, humillada por el almirante Vernon».
Hay que aclarar que don Blas era llamado entre sus hombres capitán Patapalo o mediohombre ya que en distintos combates había perdido una pierna (amputada sin anestesia a los 15 años tras una batalla frente a Vélez-Málaga), el ojo izquierdo y un brazo, pero en las representaciones inglesas aparecía con todos sus miembros para no dar la impresión de que Vernon había vencido frente a un lisiado.
Los barcos ingleses bombardearon la ciudad durante días a un ritmo de 62 disparos por hora de media.
Lezo ordenó la fabricación de balas encadenadas que destrozaban todo el aparejo de los barcos ingleses y fortificó las murallas con sacos de arena, de esta forma los impactos de los cañonazos eran absorbidos por la arena y las esquirlas de piedra no dañaban a sus hombres. A pesar de todo y debido a la superioridad numérica inglesa, las primeras líneas de defensa españolas fueron cayendo, no sin antes ocasionar multitud de bajas, hasta llegar al último reducto, el castillo de San Felipe de Baraja.
Lezo envió a dos supuestos desertores para que informasen a los ingleses que la parte más débil del castillo era la zona este... y la más empinada. Las tropas atacantes llegan a colocan las innumerables escalas para saltar la muralla pero, incomprensiblemente, se quedan cortas dos metros. ¿Por qué? Blas de Lezo había mandado previamente hacer un foso alrededor del castillo de dos metros de profundidad ocasionando un error en la medición de los ingleses. Como consecuencia se produce una auténtica carnicería en las filas atacantes. A pesar de ello los envites ingleses no cesan en sus ataques aunque cada vez más cansados bajo el fuego español y la empinada orografía del terreno.
En los momentos en los que su debilidad era patente el Comandante Lezo envía a 300 marinos frescos a la carga contra los ingleses que se ven desbordados ante el empuje de aquellos hombres llegando incluso a ser perseguidos por la tropa española. El miedo se dibujo en los ojos de Vernon y sus hombres.
Blas de Lezo pretendía ganar tiempo... sabía que si conseguía proteger la ciudad durante 6 o 8 semanas el calor, la humedad, el paludismo y la fiebre amarilla acabarían con las "tropas noreuropeas, poco acostumbradas a los climas tropicales y deficientemente inmunizadas contra las enfermedades de estas latitudes"
No hizo falta tanto tiempo, el proceso se vió acelerado porque Vernon no enterró a los cadáveres en su ímpetu por atacar cuanto antes el castillo. Las enfermedades empezaron a cobrarse las primeras víctimas y la moral de las tropas inglesas se derrumbaba paulatinamente. La derrota de Vernon era inminente. El 20 de Mayo de 1741, poco más de dos meses después de su llegada, los barcos ingleses se retiran cargados de hombres moribundos.
Existen informaciones más dramáticas de los propios combatientes ingleses que hablan por si solas de la debacle y la tragedia que se cernió sobre ellos: "Por la cuenta honesta tuvimos 18000 hombres muertos, y según un soldado español que capturamos, ellos perdieron a lo sumo 200. El Almirante Una Pierna (Lezo) con su excelente mando y fuego mató a 9,000 de nuestros hombres, la fiebre general mató un número parecido. Cuando eché la última mirada al puerto de Cartagena, su superficie era gris con los cuerpos putrefactos de nuestros hombres, que murieron tan rápidamente que nosotros no podíamos enterrarlos. De los agricultores pobres y débiles de nuestras colonias norteamericanas murieron cuatro hombres de cada cinco"
"Cada barco y soldado español hizo frente y derrotó a 10 ingleses".
La humillante derrota fue acogida en Inglaterra con vergüenza y resignación hasta el punto que el rey inglés Jorge II prohibió a los historiadores hablar sobre esta batalla bajo pena de horca.
Los historiadores ingleses ocultaron vergonzosamente lo ocurrido, algo que pagó Nelson en Tenerife, poco después de afirmar que los ingleses sabían construir barcos pero no pelear, retirándose humillado y sin su brazo derecho. Sin embargo Nelson fue encumbrado quizás para tapar lo ocurrido en 1741 y los años posteriores. En ese supuesto "pudiésemos haber sido víctimas de una gigantesca campaña de publicidad pro-Nelson mantenida hasta nuestros días".
Inglaterra no volvió a amenazar seriamente al Imperio español que subsistió un siglo más. España, en cambio, contribuyó años más tarde al desmoronamiento de las colonias inglesas en América, hecho que también ha tratado de silenciarse.
Blas de Lezo muere en Cartagena de Indias unos meses después sin los honores que merecía debido a los enfrentamientos que tuvo durante la batalla con el virrey de Cartagena de Indias, Sebastián de Eslava. ¡Vergonzoso!
A este hombre debemos que 350 millones de americanos hablen español y no inglés, pero a pesar de todo no es nada conocido en nuestro país, no se estudia en el colegio, no hay películas ni documentales. Como ejemplo, hasta abril del 2010 no hubo en Madrid ninguna calle con su nombre.
http://es.wikipedia.org/wiki/Blas_de_Lezo
http://www.youtube.com/watch?v=Bkd93hyth5I&feature=player_embedded#at=85
miércoles, 11 de mayo de 2011
¿Misión kamikafe?
Pongámonos en situación. El 16 de junio de 1969 a las 13:32 despegó el Apolo 11 que llevaría tres seres humanos a la Luna.
Previamente, y esto es poco conocido, los rusos lanzaron otra de sus sondas Lunik, concretamente la Luna 15, con la misión de orbitar y estudiar la superficie lunar.
El 19 de Junio los americanos alunizaron (y también alucinaron) y el mundo pudo ver a Armstrong dar su pequeño paso.
Nadie se acordaba de Collins, que permanecía en una órbita lunar de 100 kilómetros, siguiendo la misión desde el módulo de mando.
Fue entonces cuando, en un vistazo por la escotilla, Collins no da crédito a lo que ven sus ojos: una sonda rusa tan cerca de su posición que pudo distinguirla perfectamente, y en una órbita lunar muy parecida a la suya.
De hecho, estaba tan cerca que se vio obligado a desviarse de la órbita programada.
Aquella sonda rusa girando en una órbita de 100 x 129 km y 25º de inclinación, constituía un peligro real para la misión Apolo que orbitaba a 112 km. pero tenía previsto descender hasta los 99,4 km.
Mientras tanto, Armstrong y Aldrin habían pasado del momento histórico al científico y se dispusieron a la recogida de rocas (22 kilos) y a la instalación de sistemas de medición como una pantalla de aluminio para atrapar partículas de viento solar, un reflector láser con el que podríamos medir con exactitud la distancia de la Tierra a la Luna y un sistema de sismómetros ultrasensibles que podían detectar cualquier movimiento sísmico, incluido los pasos de los astronautas.
Tras el trabajo, los dos astronautas vuelven al módulo lunar para descansar un par de horas, pero las sorpresas aún no habían acabado.
Sobre ellos, Collins, muy ajetreado con la misión, ha perdido de vista la sonda rusa. Mira varias veces por las ventanillas pero no la encuentra. La sonda había desaparecido.
Sobre la Luna, Armstrong y Aldrin despiertan sobresaltados en el Eagle. Los sismómetros que habían instalado hacía apenas dos horas, se dispararon y no entendían nada. Allí sólo estaban ellos, nadie más, y la Luna no tiene movimientos sísmicos. ¿Un meteorito? ¿justo con ellos allí? No podían creerlo.
Más tarde tendrían la respuesta. La sonda Lunik 15 se había estrellado a pocos kilómetros de su posición en la Base Tranquilidad, concretamente en la llanura del "Mare Crisium"
Oficialmente, la sonda rusa tenía como misión el alunizaje y la recogida de muestras el mismo día que los americanos, en un claro intento de quitar publicidad a la misión Apollo. Pero un fallo en su altímetro hizo que se estrellara como le había pasado a otras Lunik anteriores.
Pero digo yo: con lo grande que es el espacio y la Luna... ¿cómo va a ser casualidad que casi chocaran las dos misiones? ¿No os suena a un intento ruso de joder a los americanos? Orbita en el mismo sitio, y se estrella al lado, y ¿todo por casualidad?
¡Anda ya!
http://aldea-irreductible.blogspot.com/2009/07/la-misteriosa-mision-luna-15-1969.html
http://www.youtube.com/watch?v=TfiLBcX53GM
http://es.wikipedia.org/wiki/Programa_Lunik
Previamente, y esto es poco conocido, los rusos lanzaron otra de sus sondas Lunik, concretamente la Luna 15, con la misión de orbitar y estudiar la superficie lunar.
El 19 de Junio los americanos alunizaron (y también alucinaron) y el mundo pudo ver a Armstrong dar su pequeño paso.
Nadie se acordaba de Collins, que permanecía en una órbita lunar de 100 kilómetros, siguiendo la misión desde el módulo de mando.
Fue entonces cuando, en un vistazo por la escotilla, Collins no da crédito a lo que ven sus ojos: una sonda rusa tan cerca de su posición que pudo distinguirla perfectamente, y en una órbita lunar muy parecida a la suya.
De hecho, estaba tan cerca que se vio obligado a desviarse de la órbita programada.
Aquella sonda rusa girando en una órbita de 100 x 129 km y 25º de inclinación, constituía un peligro real para la misión Apolo que orbitaba a 112 km. pero tenía previsto descender hasta los 99,4 km.
Mientras tanto, Armstrong y Aldrin habían pasado del momento histórico al científico y se dispusieron a la recogida de rocas (22 kilos) y a la instalación de sistemas de medición como una pantalla de aluminio para atrapar partículas de viento solar, un reflector láser con el que podríamos medir con exactitud la distancia de la Tierra a la Luna y un sistema de sismómetros ultrasensibles que podían detectar cualquier movimiento sísmico, incluido los pasos de los astronautas.
Tras el trabajo, los dos astronautas vuelven al módulo lunar para descansar un par de horas, pero las sorpresas aún no habían acabado.
Sobre ellos, Collins, muy ajetreado con la misión, ha perdido de vista la sonda rusa. Mira varias veces por las ventanillas pero no la encuentra. La sonda había desaparecido.
Sobre la Luna, Armstrong y Aldrin despiertan sobresaltados en el Eagle. Los sismómetros que habían instalado hacía apenas dos horas, se dispararon y no entendían nada. Allí sólo estaban ellos, nadie más, y la Luna no tiene movimientos sísmicos. ¿Un meteorito? ¿justo con ellos allí? No podían creerlo.
Más tarde tendrían la respuesta. La sonda Lunik 15 se había estrellado a pocos kilómetros de su posición en la Base Tranquilidad, concretamente en la llanura del "Mare Crisium"
Oficialmente, la sonda rusa tenía como misión el alunizaje y la recogida de muestras el mismo día que los americanos, en un claro intento de quitar publicidad a la misión Apollo. Pero un fallo en su altímetro hizo que se estrellara como le había pasado a otras Lunik anteriores.
Pero digo yo: con lo grande que es el espacio y la Luna... ¿cómo va a ser casualidad que casi chocaran las dos misiones? ¿No os suena a un intento ruso de joder a los americanos? Orbita en el mismo sitio, y se estrella al lado, y ¿todo por casualidad?
¡Anda ya!
http://aldea-irreductible.blogspot.com/2009/07/la-misteriosa-mision-luna-15-1969.html
http://www.youtube.com/watch?v=TfiLBcX53GM
http://es.wikipedia.org/wiki/Programa_Lunik
domingo, 1 de mayo de 2011
¿La cabeza es imprescindible para vivir?
Esta es la historia de Mike, un pollo de California que vivió 18 meses !SIN CABEZA¡
Sucedió en un pueblo de Colorado, famoso por ello desde entonces, el 10 de Septiembre de 1945, cuando el granjero Loyd Olsen echaba mano de un pollo bien cebado para llevarlo a la cazuela.
Apuntó su hacha para decapitarlo dejando la mayor parte del cuello posible, ya que era lo que más le gustaba a su suegra... y ZAS¡¡ la ejecución fue consumada con un corte limpio, propio de un verdugo con la experiencia de Loyd. Quizá el golpe fue un poco alto por aquello de dejar contenta a la suegra. Fue entonces cuando lo imposible sucedió al salir Mike corriendo como pollo sin cabeza camino del gallinero.
No imagino el susto de las gallinas al ver venir a su amado líder descabezado y haciendo ruidos rarísimos, pero parece que pensar, lo que se dice pensar, no es algo fundamental en el mundo "polluno".
"A la mañana siguiente mi abuelo volvió al corral y se quedó maravillado. Estaba vivo. Comprendió que tenía más valor así que en una olla, y comenzó a alimentarlo y darle de beber con una pipeta" cuenta el nieto del dueño Troy waters.
Una semana después Mike seguía vivo y Lloyd, a pesar de ser granjero californiano, no decidió usar el revólver y resolver esto a la americana, ya que por ley, no se puede condenar a muerte a nadie más de una vez (vacío legal), y decidió llevar a Mike a Salt Lake City para que fuera estudiado por los científicos de la universidad de Uta.
Estos hijos de Uta, descartaron en sus conclusiones la intervención divina y zanjaron el debate abierto sobre el alma de los pollos y la construcción de catedrales para honrar Mike "El Inmortal" salvador de pollos y pollas, etc.
Según la ciencia, el golpe del verdugo no fue certero y dejó intactos parte del cerebro, la yugular y un oído. El bueno de Lloyd descargó toda la culpa en su suegra, que a la postre fue quien le hizo fallar el golpe por su caprichito del pescuezo.
Según Indalecio Ruiz Calatrava, profesor de veterinaria de la universidad de Córdoba, "Que viva es posible si el corte no daña la masa encefálica, aunque ojos, pico, lengua y oídos queden destruidos, y si sólo afecta a los vasos secundarios. De este modo la hemorragia podría superarse, y si se le da de comer manualmente, a través de la abertura, el animal podría vivir durante un tiempo."
Mike fue alimentado a base de maiz y leche, y pasó de pesar un kilo 3,5 en unos meses.
Olsen decidió exhibirlo de costa a costa, cobrando 25 centavos por entrada, y llegó a ganar 4.500 dólares al mes.
Tristemente Olsen creó escuela, y otros granjeros de todo el pais comenzaron a cortar cabezas con frenesí buscando el mismo resultado. El que más vivió se llamaba Lucky pero murió a los 11 días.
En marzo de 1947, Mike terminó sus días al atragantarse con un grano de maiz.
En su pueblo natal, Fruitia, decidió en 1999 celebrar un día en su honor y organizar unos juegos con los pollos como protagonistas, pero sin decapitaciones ni nada.
Hasta tiene página en internet www.miketheheadlesschicken.org.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mike,_el_pollo_sin_cabeza
http://www.elmundo.es/cronica/2002/362/1032772374.html
Sucedió en un pueblo de Colorado, famoso por ello desde entonces, el 10 de Septiembre de 1945, cuando el granjero Loyd Olsen echaba mano de un pollo bien cebado para llevarlo a la cazuela.
Apuntó su hacha para decapitarlo dejando la mayor parte del cuello posible, ya que era lo que más le gustaba a su suegra... y ZAS¡¡ la ejecución fue consumada con un corte limpio, propio de un verdugo con la experiencia de Loyd. Quizá el golpe fue un poco alto por aquello de dejar contenta a la suegra. Fue entonces cuando lo imposible sucedió al salir Mike corriendo como pollo sin cabeza camino del gallinero.
No imagino el susto de las gallinas al ver venir a su amado líder descabezado y haciendo ruidos rarísimos, pero parece que pensar, lo que se dice pensar, no es algo fundamental en el mundo "polluno".
"A la mañana siguiente mi abuelo volvió al corral y se quedó maravillado. Estaba vivo. Comprendió que tenía más valor así que en una olla, y comenzó a alimentarlo y darle de beber con una pipeta" cuenta el nieto del dueño Troy waters.
Una semana después Mike seguía vivo y Lloyd, a pesar de ser granjero californiano, no decidió usar el revólver y resolver esto a la americana, ya que por ley, no se puede condenar a muerte a nadie más de una vez (vacío legal), y decidió llevar a Mike a Salt Lake City para que fuera estudiado por los científicos de la universidad de Uta.
Estos hijos de Uta, descartaron en sus conclusiones la intervención divina y zanjaron el debate abierto sobre el alma de los pollos y la construcción de catedrales para honrar Mike "El Inmortal" salvador de pollos y pollas, etc.
Según la ciencia, el golpe del verdugo no fue certero y dejó intactos parte del cerebro, la yugular y un oído. El bueno de Lloyd descargó toda la culpa en su suegra, que a la postre fue quien le hizo fallar el golpe por su caprichito del pescuezo.
Según Indalecio Ruiz Calatrava, profesor de veterinaria de la universidad de Córdoba, "Que viva es posible si el corte no daña la masa encefálica, aunque ojos, pico, lengua y oídos queden destruidos, y si sólo afecta a los vasos secundarios. De este modo la hemorragia podría superarse, y si se le da de comer manualmente, a través de la abertura, el animal podría vivir durante un tiempo."
Mike fue alimentado a base de maiz y leche, y pasó de pesar un kilo 3,5 en unos meses.
Olsen decidió exhibirlo de costa a costa, cobrando 25 centavos por entrada, y llegó a ganar 4.500 dólares al mes.
Tristemente Olsen creó escuela, y otros granjeros de todo el pais comenzaron a cortar cabezas con frenesí buscando el mismo resultado. El que más vivió se llamaba Lucky pero murió a los 11 días.
En marzo de 1947, Mike terminó sus días al atragantarse con un grano de maiz.
En su pueblo natal, Fruitia, decidió en 1999 celebrar un día en su honor y organizar unos juegos con los pollos como protagonistas, pero sin decapitaciones ni nada.
Hasta tiene página en internet www.miketheheadlesschicken.org.
http://es.wikipedia.org/wiki/Mike,_el_pollo_sin_cabeza
http://www.elmundo.es/cronica/2002/362/1032772374.html
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