sábado, 23 de abril de 2011

SOMOS RUSOS ¡¡Y QUE!!

Tras la retirada de los transbordadores espaciales de la NASA y la cesión del Discovery para ser expuesto en el museo Nacional del Aire y del Espacio, algunos nos preguntamos: ¿quien ganó la llamada carrera espacial?Sin quitar ningún mérito a los genios de la NASA que se han ganado el cielo a pulso (nunca mejor dicho) si quiero romper una lanza por los esforzados rusos.

Ahora que se ha cumplido el 50 aniversario del primer vuelo espacial de Gagarin, hay gente saliendo en encuestas de la tele que piensa que fue un vuelo americano.

Y es que lo de la Luna pesa mucho en la balanza, y que los yanquis saben venderse bien.

Lo cierto es que hasta lo de la Luna los rusos ganaban en todo.

Hay que recordar que el creador de los cohetes americanos era el nazi que previamente desarrolló los cohetes V1 y V2 con mano de obra de esclavos judíos, y los lanzó sobre Londres. Siempre tuvo reconocimiento, fama, prestigio, presupuesto...

En cambio los soviéticos tenían a Sergei Koroliov, superviviente al hambre, el tifus, estudiando en casa, deportado al gulag de Kolima en Siberia (donde moría el 30 por ciento de los reclusos cada año) donde sobrevivió pero con secuelas, como la pérdida de dientes, una fractura de mandíbula y una enfermedad cardiaca. Y después de todo eso consigue ser el diseñador jefe del programa de cohetes soviético.

Le fue concedido el Premio Nobel, pero Nikita Jrushchov rechazó que el nombre de Koroliov fuera usado y afirmó que el premio debía ser para el pueblo soviético y el sistema socialista por dicho logro.

No me digais que no le habeis cogido cariño ya. Tanta lata con von Braun pero ¿quien conoce al pobre Sergei?

Aislado y protegido por el régimen soviético, apenas conoció un estrecho círculo de personas. Su nombre apareció en la prensa sólo el día de su defunción.


En los años 70, la competición se centró en el lanzamiento de sondas planetarias. Poco se sabía de Marte o Venus, y los rusos se centraron más en Venus (que ojo clínico) que era "mu bonito" pero su superficie un auténtico infierno.

Lanzaron hasta 16 sondas Venera, que al principio sólo aguantaban unos minutos antes de fundirse muy lejos del suelo. Alguna descubrió el agujero de ozono de la Antártida probando los instrumentos antes de tomar rumbo a Venus.

Llegaron a fabricar la olla a presión más grande del mundo para hacer pruebas de resistencia en las naves, hasta que finalmente en 1975 la Venera 9 consiguió enviar una foto de la superficie antes de "morir".
Vale que no son tan espectaculares como las de Marte, pero mucho más meritorias.

En el subconsciente colectivo prevalece que los americanos ganaron claramente la carrera, pero si ahora quieren mandar material y astronautas al espacio tienen que pagar a los rusos para usar sus Soyuz, que son los cohetes más fiables y en funcionamiento desde los años 60. Además la compañía "NPO energía" que los construye está desarrollando un transbordador que se llamará Kliper.


En conclusión, los rusos pueden sentirse orgullosos de Koroliov, Gagarin y los chicos de Baikonur, que sin fama, reconocimiento ni rublos, mojaron la oreja a los yanquis a los que ahora prestan sus cohetes.



http://amistadhispanosovietica.blogspot.com/2011/04/sergei-koroliov-continuador-del.html