jueves, 20 de mayo de 2010
"Vancouver!, Vancouver! This is it!"
David Alexander Johnston (1949-1980)
"¡Vancouver! ¡Vancouver! ¡Ahí lo tenemos!” fueron las últimas palabras de este vulcanólogo de sólo 28 años, exactamente a las 8:32 h. de la mañana. La foto es de apenas 13 horas antes de su muerte.
Se encontraba en una estación de observación del volcán Mount St. Helens en la mañana del 18 de mayo de 1980. A pesar de que la predicción del United States Geological Survey (USGS) era de una erupción vertical, él siempre dijo que ésta se produciría de forma lateral y ocurriría en el lado donde él estaba trabajando.
Efectivamente acertó de pleno, pero cometió el error de considerar segura una distancia de 10 kilómetros.
La erupción del Monte St. Helens fue tan violenta que se llevó por delante el cuerpo de Johnston y arrasó decenas de kilómetros cuadrados. La avalancha de roca alcanzó los 250 kilómetros por hora y arrastró material suficiente como para enterrar todo Manhattan a una profundidad de 120 metros. La columna de ceniza llegó a depositar residuos en 11 estados diferentes. Para hacerse una idea, la cantidad de energía liberada por el St. Helens equivalió a la de 500 bombas de Hiroshima.
Fue la erupción más mortífera y económicamente destructora en la historia de los EE. UU. 57 personas murieron y 250 casas, 47 puentes, 24 kilómetros de vías férreas y 300 kilómetros de autopista quedaron destruidos.
El cuerpo de Jhonston nunca fue encontrado, ni tampoco ningún rastro de la estación de observación.
En 1997 el área conocida como Coldwater Ridge fue renombrada con su nombre en su memoria.
Sirva este post como homenaje al cumplirse el 30 aniversario de su muerte.
Y vaya si acertó! Y aún así falló... Nunca puedes medir a la madre naturaleza y menos cuando hablamos de volcanes!
ResponderEliminarSi publicas más cosas sobre este tema, aquí estaré! me encanta todo lo que haga ver que la tierra está viva y sobretodo los volcanes! Me apasionan!