domingo, 2 de mayo de 2010
Popeye no se entera.
Tras la gran depresión del 29, en EEUU, las autoridades sanitarias se vieron desbordadas por el incremento de casos de anemias ferropénicas, que como su nombre indica (?) se producían por la falta de hierro en la alimentación.
Esto llevó a las autoridades a iniciar campañas para popularizar el consumo de alimentos ricos en hierro como las espinacas, utilizando el reclamo del personaje creado por Max Fleischer que exageraba un pelín las propiedades de dicho alimento.
El caso es que en 1937 se hizo una comprobación para determinar el contenido exacto en hierro de las espinacas y... O sorpresa! Se descubrió que en la interpretación de un estudio hecho por un científico alemán en ¡¡ 1870 !!! Alguien transcribió mal los datos y puso un cero menos en los decimales, por lo que multiplicó por diez el contenido en hierro de este alimento.
Haciendo un poco de chivato, realmente la culpable fue la secretaria del científico J. Alexander, Habían estado más de 60 años atribuyendo a las espinacas una propiedad que no tenían.
A pesar del error, la popularidad de Popeye eclipsó la verdad sobre el caso, y mito sigue en la actualidad.
Además, el hierro de los alimentos de origen animal, o hierro hemo (asociado a la proteína hemoglobina) se asimila entre un 10 y un 20%, en cambio el hierro no hemo de los vegetales tiene una asimilación de apemas un 2%, y en el caso de las espinacas, éstas contienen muchos oxalatos que dificultan la absorción.
Este es un ejemplo de una leyenda urbana motivada por un error tipográfico cometido hace 140 años, del que Popeye nunca se dio por aludido y todavía sigue dándole a las espinacas enlatadas como un poseso.
otro mito: el agua es mucho mejor que la cocacola, la cocacola hace daño, el agua no. lo cual es falso. razon: ¿los sunamis son de cocacola? no verdad! son de agua! el agua es la mala!
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